“Desempleo, juicios hipotecarios, bancarrotas: la cura no es más gasto gubernamental, sino ayudar a los negocios a crear más empleos”.

Brian Sandoval


El 5 de abril de 2020, en uno de esos múltiples informes con los que llena su agenda, el presidente López Obrador declaró: “Vamos a crear en nueve meses dos millones de nuevos empleos”. El anuncio generó un lógico escepticismo. Apenas el 23 de marzo su gobierno había impuesto la Jornada Nacional de Sana Distancia, que dejó sin actividad a decenas de miles de empresas y a millones de trabajadores en el país. El mandatario, sin embargo, se mantenía optimista: “Informo, repito, que se iniciará pronto la recuperación económica a partir –esta es la fórmula– de aumentar la inversión pública destinada a la creación de empleos y a otorgar créditos a pequeñas empresas familiares y a quienes se buscan la vida como pueden día con día. No los vamos a dejar en el desamparo”.

El presidente no quiso dejar esta declaración como una más de las muchas promesas sin cumplir de los políticos. El 25 de mayo, todavía con la economía cerrada, ofreció un inverosímil detalle sobre el origen de esos dos millones de empleos: el programa Jóvenes Construyendo el Futuro crearía 230,872; Mejoramiento Urbano de Sedatu, 228,135; Sembrando Vida, 202,216; el Tren Maya, 80,175; Dos Bocas, 72,109; el Banco del Bienestar, 47,791; y el nuevo Aeropuerto Felipe Ángeles, 44,150. Otros proyectos, además de los créditos para vivienda del Infonavit y el Fovissste, generarían trabajos adicionales para dar un gran total de 2,093,364 nuevos puestos. Más que el desbordado optimismo, sorprendió el detalle, hasta el último dígito, con el que alguien calculó estos supuestos nuevos empleos.

La realidad ha sido otra, por supuesto. El Instituto Mexicano del Seguro Social ha reportado que a lo largo de 2020 se perdieron 647,710 empleos privados. Tan solo en diciembre se extinguieron 277,820. El sector público no reporta los aumentos o bajas de su plantilla laboral, pero no hay ningún indicio de que se hayan creado 2 millones de nuevos empleos.

El presidente no ha explicado por qué no se logró el objetivo que con tanta confianza y detalle anunció. Sin duda la pandemia ha tenido consecuencias devastadoras sobre la economía, pero el mandatario estaba consciente de eso cuando anunció la creación de los dos millones de nuevos empleos. Ha buscado después tergiversar la información para promover sus proyectos políticos. Lo hizo, por ejemplo, al afirmar que la pérdida de empleos de diciembre había sido producto del outsourcing, figura que, dijo, usan las empresas para evitar el pago de aguinaldos. La información, empero, es falsa. Desde que tenemos registros, siempre ha habido descensos en el número de empleos en diciembre, lo cual es producto de la terminación de contratos por tiempo u obra determinados; los aguinaldos se tienen que pagar por ley, independientemente de si son producto o no de subcontratos.

No hay duda de que México está viviendo una crisis de empleo de enorme magnitud. No toda es culpa del actual gobierno, que no es responsable de la pandemia, pero sí una parte significativa, porque se ha dedicado a destruir y obstaculizar la inversión productiva privada. Todos hubiéramos querido, por supuesto, que se generaran 2 millones de nuevos empleos en 2020. No tiene sentido, sin embargo, engañar a la gente. La única forma de crearlos es promover la inversión productiva privada, pero hasta este momento el gobierno sigue poniendo obstáculos a su realización.

Censura

Cuando la izquierda trató de prohibir que los gobernantes hicieran política, yo me opuse, pero ellos insistieron por las declaraciones de Vicente Fox contra AMLO en la campaña de 2006. Hoy el mismo grupo quiere que la legislación no se aplique al actual presidente. La ley se puede cambiar. pero solo después de la elección de junio.

Twitter: @SergioSarmiento

Agencia Reforma

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Sergio Sarmiento