La selva maya, que perdió 546 mil hectáreas del 2004 al 2017, está en riesgo por el Tren Maya y el programa Sembrando Vida, advierte WWF.

La deforestación ha acabado con más de medio millón de hectáreas de la Selva Maya, uno de los bosques tropicales más extenso de América, advierte un reporte del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés).

Este ecosistema compartido por Belice, Guatemala y México perdió 546 mil 237 hectáreas del 2004 al 2017, que equivalen casi a la superficie de Aguascalientes.

La organización ambientalista analizó 24 puntos críticos de deforestación en el planeta, a los que llamó “frentes”. En América Latina se encuentran nueve de ellos, incluida la Selva Maya.

“La Selva Maya es el segundo bosque tropical más extenso y mejor conservado de Latinoamérica. Es necesario actuar para frenar la deforestación y apoyar el desarrollo sostenible de las comunidades locales que han salvaguardado estos bosques”.

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¿Cuánta selva se ha perdido?

La Selva Maya comprende 10 millones 205 mil hectáreas de bosque tropical, un ecosistema formado por árboles que llegan a superar los 30 metros de altura.

Durante los 13 años que analizó WWF, se quedó sin el 5 por ciento de su extensión debido, principalmente, a la ganadería, la agricultura de subsistencia y la agricultura a gran escala, apunta el informe “Frentes de deforestación: causas y respuestas en un mundo cambiante”.

En este periodo, la deforestación muestra una tendencia a la baja en Calakmul, pero al alza en el noreste de Campeche.

Las causas de la deforestación en la Selva Maya han cambiado durante la historia: en el pasado, eran la ganadería junto con la tala y quema de árboles; mientras que ahora WWF expresa preocupación por algunos proyectos del Gobierno de México.

Uno de ellos es el programa Sembrando Vida, que incentiva la reforestación de terrenos degradados con árboles frutales y maderables. Sin embargo, la organización teme que algunas áreas bien conservadas podrían ser degradadas de forma intencional para acceder a la iniciativa.

Otro es el Tren Maya, que creará nuevas poblaciones y centros turísticos en la Península de Yucatán, los cuales podrían impactar en la cobertura forestal del sitio.

Ambos proyectos se suman a amenazas existentes del bosque, como la participación del crimen organizado en la venta de zonas forestales para dedicarlas a la ganadería y a la agricultura a gran escala, así como el cultivo de palma para conseguir aceite.

En Guatemala, además, también peligra la selva por el proyecto Cuenca El Mirador, que propone incrementar el turismo e infraestructura en la Reserva de la Biosfera Maya.

“El mal manejo de los bosques del mundo está aumentando las emisiones de carbono, devastando la biodiversidad, destruyendo ecosistemas vitales y afectando los medios de vida y el bienestar de las comunidades locales y de las sociedades a nivel mundial”, dijo Marco Lambertini, director de WWF Internacional

Agencia Reforma