El príncipe Felipe no terminaba de exhalar su último suspiro cuando en los corrillos políticos de Londres se empezaba a especular sobre qué va a pasar con la Reina Isabel II; de hecho, ya había rumores que apuntaban a que después de la celebración de su cumpleaños 95 iba a abdicar.

El próximo 21 de abril la reina llega a los 95 años, el asunto es que ella lo celebra formalmente hasta el verano, la razón es simple: porque hay mejor tiempo. Y los rumores de su abdicación se fincaban en que su esposo, el príncipe Felipe, anunció que se retiraba de la vida política justo cuando cumplió los 95 años.

Entonces, según estos rumores, la reina querría dedicarle todo el tiempo posible, dado su delicado estado de salud y que iba a cumplir 100 años en junio; estuvieron casados 73 años.

El Príncipe Felipe al salir del hospital.

“Estoy firmemente convencido de que la reina dará un paso atrás”, aseguró Robert Jobson, columnista del London Evening Star. Sin embargo, son mayoría los que sostienen que nunca abdicará.

Y como muestra de que la Reina es una persona de costumbres muy arraigadas es que los 30 perros de la raza corgi que ha tenido en su vida son todos descendientes de Susan, el cachorro que le regalaron cuando tenía 18 años. Ha usado la misma marca de zapatos, desayunado los mismos cereales y tomado el mismo cóctel (dubonnet con ginebra) durante décadas.

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¿Será Carlos el heredero de Isabel?

Las encuestas señalan que solo 20 por ciento de los británicos se definen como republicanos, pero si Carlos, de 72 años, al que todos consideran el eslabón débil, heredase el trono, podría implicar un cambio de tendencia.

Isabel subió al trono en 1952, lleva reinando 69 años, y poco a poco ha ido delegando funciones a su heredero; también ha aligerado una agenda en la que en ningún año hubo menos de 200 apariciones, a las que siempre va con colores brillantes, y según su nuera Sofía, esposa del príncipe Eduardo, es porque necesita asegurarse de que la gente la ve.

De acuerdo con algunos analistas, la Reina sabe que le debe una coronación a su hijo Carlos, pero no un reinado, y es por eso es que está alargándolo lo más que puede para que éste sea solo un paréntesis, hasta que sea la hora de Guillermo

Para muchos Carlos no puede garantizar lo que la dinastía necesita: estabilidad. Nadie sabe qué piensa Carlos, pero como dijo la Isabel de ficción en una frase lapidaria de The Crown: “A nadie le importa”.

Carlos de momento ejerce labores administrativas, que no son poca cosa, pues el patrimonio real no solo abarca castillos y mansiones, sino 2600 millones de metros cuadrados y propiedades y negocios por valor de 15 mil millones de euros.

Es por todo esto que el diario The Times lanza las preguntas ¿Qué pasará ahora que el príncipe Felipe ya no está allí? ¿Se apartará la Reina de la vida pública, como hizo la reina Victoria después de la muerte del príncipe Alberto? ¿Seguirá adelante sola? ¿O el Príncipe de Gales asumirá sus funciones?