En las últimas semanas el calor en México se ha dejado sentir, en algunos lugares con temperaturas mayores a los 40 grados centígrados, algo no visto en años recientes.

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el calor en México se atribuye a un sistema anticiclónico que generó una onda de calor en el país el cual a la vez trajo, como consecuencia, temperaturas elevadas en por lo menos 19 estados.

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Un sistema anticiclónico se caracteriza por un ambiente estable y disminución de lluvias, es decir, favorece el ambiente cálido y seco, lo contrario a un ciclón, que genera precipitaciones en gran parte del país.

Este fenómeno no es el único responsable de las altas temperaturas en México, pues otro factor que no se puede sacra de la ecuación es el calentamiento global, es decir las variaciones a largo plazo de las temperaturas.

Desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas y es por esta razón que muchos países encaminan esfuerzos a la generación de energías limpias y se someten a convenios como el Acuerdo de París, el cual tiene metas medibles para la erradicación de contaminantes en el mundo.

Según el Sistema de Naciones Unidas en México, las concentraciones de gases de efecto invernadero se encuentran en su nivel más elevado en 2 millones de años.

Como las emisiones continúan aumentado, la temperatura de la Tierra es ahora 1.1 °C más elevada que a finales del siglo XIX. La última década (2011-2020) fue la más cálida registrada.

Es así que el calor en México tiene varias explicaciones, pero todos los caminos llevan a los mismo, los gases de efecto invernadero que está terminando por modificar la temperatura, no sólo de México, sino de el mundo.

Y es que estos gases terminan trastocando la vida de los habitantes de la tierra, pues incide directamente en la agricultura y la ganadería, el deshielo de masas glaciares y hasta el aumento de huracanes cada vez más devastadores.