Gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos.

Los cadáveres de los dos sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, así como del guía de turistas Pedro Eliodoro Palma fueron recuperados ayer en una región conocida como “Pito Real”, cercana a Creel, Chihuahua.

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La noticia del hallazgo de los cuerpos de los sacerdotes fue dada a conocer por la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, en un mensaje difundido en redes sociales. Precisó que la confirmación se hizo a través de genética forense.

A la par, las autoridades de esa entidad ofrecieron una recompensa de 5 millones de pesos a quien proporcione información respecto al presunto responsable de esos homicidios, José Noriel Portillo Gil apodado “El Chueco” y quien es señalado como jefe de una célula de sicarios y traficantes de droga al servicio de Los Salazar, un grupo delictivo que forma parte del cártel de Sinaloa.

Posteriormente, en conferencia de prensa, el Fiscal General del Estado de Chihuahua, Roberto Fierro Duarte, explicó que el lunes pasado ocurrieron dos hechos diferentes en el poblado de Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua que dejaron un saldo de 3 muertos, dos desaparecidos y un inmueble incendiado, todo perpetrado por “El Chueco”.

El primer hecho presuntamente ocurrió por la mañana cuando Portillo Gil llegó a un domicilio en busca de los hermanos Paul y Armando B., ambos habitantes del poblado de Cerocahui, para cobrar venganza porque el equipo de beisbol que él había patrocinado perdió un partido al jugar contra los hermanos. Presuntamente el delincuente le dio un balazo a Paul, le prendió fuego a su casa y se llevó a ambos hombres, que continúan en calidad de desaparecidos.

Según el fiscal, inicialmente como parte de esa agresión armada, fueron reportados como privados de la libertad una mujer y un niño, pero tras las diligencias se logró establecer que ellos se retiraron del lugar sanos y salvos.

El segundo hecho sucedido el lunes pasado, pero a la una de la tarde, inició en un hotel de Cerocahui, cuando el guía de turistas Pedro Eliodoro Palma interactuó con “El Chueco”. El hombre fue privado de su libertad por Portillo Gil. Posteriormente el guía de turistas escapó y llegó golpeado al templo del pueblo donde fue auxiliado por los religiosos y posteriormente fueron asesinados a balazos los tres.

Equipos élite hallaron los cuerpos de sacerdotes jesuitas

Por brechas, ríos y en la montaña, autoridades federales y estatales buscaron a los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, así como al guía turístico Pedro Palma Gutiérrez, asesinados en la comunidad de Cerocahui, Chihuahua.

Los cuerpos fueron hallados pasado el mediodía en el poblado de Pito Real, a unos 80 kilómetros de dicha comunidad enclavada en la barranca de Urique, según revelaron a MILENIO autoridades ministeriales.

Y es que para este operativo de búsqueda, el cual se complicó por la lluvia que se mantuvo durante casi todo el día en la región, el gobierno de Chihuahua desplegó a sus mejores equipos.

En el caso de la Secretaría de Seguridad Pública del estado envió a esta zona de la Sierra Tarahumara a un grupo élite especializado en operativos de alto impacto y rastreo de personas, cuya base se encuentra en Ciudad Juárez.

“Somos un equipo tipo SWAT, somos operadores tácticos, estamos especializados en intervenciones a domicilio, patrullajes desplegados en la sierra pero en formaciones, todo bien organizado”, enfatizó uno de los agentes.

Durante el operativo de búsqueda, el uniformado explicó que para este tipo de zonas de difícil acceso son apoyados por una o hasta dos aeronaves.

“Buscamos en brechas, rancherías y en lugares que es difíciles entrar ahí que es donde la maña deja los cuerpos o los entierra”, puntualizó.

A este equipo de élite en Chihuahua han sido capacitados, por ejemplo, por la Unidad de Operaciones Especiales de la Marina, así como por grupos especializados en operativos de alto impacto y rastreo de personas de Colombia y Venezuela.

Van 50 sacerdotes asesinados en los últimos tres sexenios

En los últimos 16 años, 50 sacerdotes católicos han sido asesinados en México, siete de ellos durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Además, han aumentado las extorsiones y las amenazas de muerte contra clérigos en los últimos años, alertó el Centro Católico Multimedial.

Su director Omar Sotelo, expuso que, en el sexenio de Felipe Calderón, se registraron 17 homicidios de ministros católicos, mientras que, en la administración de Enrique Peña Nieto, la cifra fue de 26.

En entrevista para MILENIO, el padre destacó que el asesinato de sacerdotes se disparó justo en el gobierno de Calderón Hinojosa, al exponer que en la administración de Vicente Fox hubo cinco clérigos ejecutados, en la de Ernesto Zedillo tres y en la de Carlos Salinas de Gortari cuatro.

Sotelo Aguilar detalló que, en la gran mayoría de los asesinatos de ministros católicos, de 2006 a la fecha, hay indicios muy claros del actuar del crimen organizado.

“Hemos detectado un modus operandi en la mayoría de estos casos. Existe el hostigamiento, las amenazas, amenazas de muerte, en algunos casos el secuestro o lo que se llama el levantamiento, la tortura, la gran mayoría de los sacerdotes que han sido víctimas de estos crueles asesinatos, han sido previamente torturados de una manera atroz.

“Y un elemento que nosotros hemos considerado como muy focal, la difamación. O sea, no bastó con asesinar a un sacerdote, sino que después de ello se le difama. Entonces estos elementos son muy característicos, y nos hacen ver que detrás de ellos sí hay organismos claramente bien estructurados que persiguen la eliminación de un sacerdote”, explicó.

Omar Sotelo agregó que, con el asesinato de un sacerdote, el crimen organizado busca desestabilizar a la comunidad, y crear una cultura del silencio entre la población.

“Un sacerdote además de anunciar el evangelio, denuncia aquello que va en contra del evangelio, y esto suele ser incómodo para muchas personas. Entonces el actuar de muchos miembros del crimen organizado es eliminar esta llamémosle así competencia, para que una vez desestabilizando la comunidad, se enquista una cultura del silencio.

“Nadie habla, porque si hablan, los eliminamos. Y acuérdense que yo, si soy capaz de matar hasta un cura, puedo matar a quien sea, cosa que ha pasado”, apuntó.

De acuerdo con el informe “Situación de la Iglesia Católica ante la violencia en México” del Centro Católico Multimedial, el año pasado se contabilizaron 79 atentados contra miembros de la iglesia católica en nuestro país. Además, se registraron cerca de 800 extorsiones y amenazas de muerte, contra jerarcas católicos.

“En estos últimos años, aunque en apariencia han disminuido los asesinatos de sacerdotes, el hostigamiento es muy real y muy focalizado, hemos reportado incluso cerca de 26, a veces 27 templos católicos atacados a la semana en este reporte de 2021, una cifra tremenda.

El derecho de piso, extorsión, hemos registrado cerca de 800 extorsiones y amenazas de muerte a sacerdotes, exigiéndoles pago de derecho de piso, o extorsiones para que se callen y no denuncien las cosas que pasan alrededor de las zonas parroquiales del país, en donde hay trasiego de drogas, tráfico de personas y de armas”, expuso.

A pesar de estos agravios, el director del Centro Católico Multimedial garantizó que los sacerdotes mantendrán abiertas las puertas de las iglesias, por muy complicada que esté la situación de inseguridad en algunas zonas del país.

“¿Por qué? porque la iglesia es para todos, y está abierta para todos, entonces creo yo que muchos de ellos con mucha valentía siguen ejerciendo. Los sacerdotes somos la voz de aquellos que no tienen voz, y nada ni nadie nos va a callar, eso podemos asegurarlo”, advirtió.