Luego del primer recorte de Twitter, que implicó la salida de la mitad de la plantilla de empleados, el CEO de la empresa, Elon Musk, pidió a los empleados que sobrevivieron que eligieran entre entregarse “completamente, incondicionalmente”, o marcharse, por lo que muchos de ellos han optado por la segunda opción.

“Puedo ser excepcional, pero (…) no soy incondicional”, tuiteó una exempleada de la plataforma, Andrea Horst, cuyo perfil de LinkedIn todavía aparece como “Gestión de capacidad y cadena de suministro (superviviente)” de la red social.

Elon Musk, CEO de Twitter.

Tras el primer recorte, hecho hace 3 semanas, en la empresa quedaron unos 7 mil empleados, y días después se fueron echados unos 700 trabajadores más, sin embargo tras el amago de Musk de ayer, una cascada de empleados comenzaron a presentar sus dimisiones, lo que pone en riesgo las compañía.

De hecho, la empresa anunció que las oficinas de la compañía se cerrarán temporalmente.

“Las oficinas reabrirán el lunes 21 de noviembre. Gracias por su flexibilidad. Continúe cumpliendo con las reglas de la casa al abstenerse de discutir información confidencial en las redes sociales, con la prensa o en otros lugares”, se les avisó a los empleados en un comunicado.

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