Más de 7.1 millones de niños fueron afectados por el devastador terremoto en Turquía y Siria el 6 de febrero, aseguró el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

“En Turquía, el número total de niños que viven en las diez provincias sacudidas por el terremoto asciende a 4.6 millones. En Siria, hay 2.5 millones de niños afectados”, dijo James Elder, portavoz del Unicef, en una conferencia de prensa.

El organismo dijo también que el número de menores fallecidos tras el movimiento telúrico se cuentan por miles.

Según Unicef, decenas de miles de familias que viven a la intemperie tras el sismo están expuestas al frío en un momento del año en el que las temperaturas son de cero grados centígrados y son habituales las nevadas y las lluvias heladas.

“Todos los días se informa de un número cada vez mayor de niños que sufren hipotermia e infecciones respiratorias”, dijo Elder.

Ante la emergencia, las familias todavía duermen con sus hijos en la calle, o bien en centros comerciales, escuelas, mezquitas, estaciones de autobuses y hasta en bajopuentes.

En Turquía, Unicef en coordinación con autoridades, desplegó trabajadores sociales en los hospitales para ayudar a identificar a los niños que están separados de sus familias; en Siria los menores de edad enfrentan todavía los estragos de la guerra civil y enfrentan el difícil acceso a rescatistas, por lo que su situación es más delicada.

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