Hoy se cumplen 56 años del nacimiento de Kurt Cobain, un ícono del rock grunge estadounidense quien terminó con su vida en este mundo de una manera trágica.

Con su sencillo ‘Smells Like Teen Spirit’, de su segundo álbum Nevermind (1991) logró catapultarse como una de las mejores estrellas del rock alternativo, y al estilo grunge a nivel mundial.

Desafortunadamente, su lucha contra la depresión, su adicción a la heroína y su nula capacidad de sobrellevar su fama, lo orillaron a quitarse la vida el 8 de abril de 1994.

El líder de la banda Nirvana fue encontrado muerto en su casa de Seattle, la causa de muerte, una herida autoinfligida en la cabeza por una escopeta tres días antes.

Kurt Cobain.

Antes de cometer suicidio el músico dejó una nota dirigida a un personaje llamado Boddah.

¿Quién fue Boddah? Pues durante la vida de Cobain este nombre fue muy relevante, pues lo acompañó desde su infancia, y ahora sabemos que nunca lo dejó.

Este amigo imaginario de Kurt Cobain fue producto de su constante búsqueda de escapar de la realidad y para enfrentar la soledad de su niñez.

A continuación te dejamos la carta que Kurt Cobain escribió para su amigo imaginario:

Para Boddah:

Hablando como el estúpido con gran experiencia que preferiría ser un charlatán infantil castrado. Esta nota debería de ser muy fácil de entender. Todo lo que me enseñaron en los cursos de punk-rock que seguí a lo largo de estos años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la independencia y la vinculación con mi entorno resultó cierto. Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo Rock’n’Roll.

Me siento increíblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan tal como afectan a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo.

No los puedo engañar, a ninguno de ustedes. Simplemente no sería justo ni para ustedes ni para mí. Simular que me lo estoy pasando el 100% bien sería el peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que tendría que fichar antes de subir al escenario.

Lo intenté todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créeme, Señor, pero no es suficiente). Soy consciente de que yo, nosotros, hemos gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos narcisistas que sólo aprecian las cosas cuando ya sucedieron. Soy demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño.

En estas tres últimas giras aprecié mucho más a toda la gente que conocí personalmente que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Sólo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico piscis triste, sensible, insatisfecho, ¡Dios mío! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé!

Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho a como había sido yo. Llena de amor y alegría, confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me convertí yo. Lo tengo todo, todo.

Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general… Sólo porque a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Sólo porque amo y me compadezco demasiado de la gente.

Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por vuestras cartas y vuestro interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión. Y recordad que es mejor quemarse que apagarse lentamente.

Paz, amor y comprensión.

Kurt Cobain

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