Cada 4 de marzo se celebra el Día Mundial contra la Obesidad, una enfermedad que, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alcanza proporciones epidémicas a nivel mundial y afecta ya a más de mil millones de personas en todo el mundo: 650 millones de adultos, 340 millones de adolescentes y 39 millones de niños.

De acuerdo con la plataforma World Obesity Day (WOD), la obesidad viene determinada por múltiples factores -biológicos, genéticos y ambientales- que en muchos casos una persona no puede controlar.

Incluso, la OMS advierte que, en 2035, aproximadamente 1.900 millones de personas (casi el doble que existe actualmente) podrían padecer sobrepeso y obesidad en el planeta.

Esta crisis de salud global es calificada por los expertos de la organización como “predecible y prevenible”, por lo que instan a todos los gobiernos a adoptar medidas “urgentes”.

¿Qué es la obesidad y cuáles son los factores que la determinan?

De acuerdo con la Secretaría de Salud, la obesidad es la acumulación excesiva de grasa corporal, generalmente derivada de un desbalance energético entre el consumo y el gasto de calorías.

Según expertos, el exceso de grasa acaba depositándose en casi todos los órganos del organismo, dando lugar a múltiples enfermedades asociadas que van desde la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial, la apnea del sueño o el hígado graso, hasta el deterioro cognitivo, la insuficiencia cardíaca y renal, y el cáncer; de hecho, hasta ahora, la obesidad se ha asociado al desarrollo de 13 tipos de cáncer.

Se calcula que nuestros genes son entre el 40 y el 70 por ciento responsables del desarrollo de esta enfermedad.

Así puedes saber si tienes sobrepeso u obesidad

Para determinar y clasificar la obesidad en adultos, se utiliza el índice de masa corporal (IMC) que se calcula con el peso corporal en kilogramos dividido entre la talla en metros al cuadrado (kg/m2).

Según la OMS, un índice de masa corporal superior a 25 se considera sobrepeso, y superior a 30, obesidad.

¿Qué países ‘sufren’ de obesidad?

Países con economías pequeñas, como Nauru, Palau, Islas Marshall, Tuvalu y Tonga, encabezan desde hace años la lista. La causa reside en que casi todos los alimentos que se consumen en estas naciones son importados y, por tanto, caros.

Para sus habitantes, la opción es llenarse de calorías vacías con comida basura o frita, sin dejar pasar tampoco el interés de muchos de ellos por imitar conductas norteamericanas.

Bangladesh y Vietnam encabezan, por el contrario, el ranking, con las tasas de obesidad más bajas del planeta, entre el 3.6 al 2.1 por ciento. Con dietas en las que abundan vegetales y productos frescos, el problema radica sin embargo en el número de ciudadanos desnutridos y con bajo peso.

Los expertos señalan que la educación en materia de alimentación es fundamental para la salud de un país. Y aquí los países ricos tienen mucha batalla ganada, al contar con recursos para implementar programas, campañas e iniciativas que contribuyan a crear conciencia de conductas saludables.

Un ejemplo de ello sería Japón, un país que más allá de poseer una dieta en la que abundan vegetales y productos frescos, apuesta por la educación sobre nutrición desde los primeros años preescolares hasta secundaria.

El resultado es que el país nipón no sólo tiene los ciudadanos más longevos, sino que su tasa de sobrepeso es también una de las más bajas del mundo.

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