En un esfuerzo por revitalizar su programa espacial y superar las dificultades acumuladas en los últimos años, Rusia llevó a cabo el lanzamiento exitoso de su primera misión robótica a la Luna en casi cinco décadas.

La misión, denominada Luna-25, marca un hito significativo para Rusia, ya que es su primera incursión en la exploración lunar desde 1976.

El cohete Soyuz, transportando la sonda de aproximadamente 800 kilogramos, despegó desde la base espacial de Vostochni en el extremo oriental del país.

Imágenes transmitidas en vivo por la agencia espacial Roscosmos mostraron el espectacular despegue, con el cohete elevándose entre una densa nube de humo y llamas que se destacaba en el cielo grisáceo.

La misión tiene como objetivo principal llevar a cabo un alunizaje en la zona del polo sur de la Luna, un área previamente inexplorada en la historia de las misiones lunares.

Se espera que el aparato permanezca en la órbita lunar durante tres a siete días para seleccionar el mejor sitio de alunizaje. Según una fuente de Roscosmos, se proyecta que el alunizaje se lleve a cabo el 21 de agosto.

La misión Luna-25 forma parte de un plan más amplio de la agencia espacial rusa para realizar investigaciones científicas a largo plazo en la Luna.

Se espera que el aparato recopile muestras del suelo lunar y las analice, proporcionando información valiosa sobre la composición y las características de la superficie lunar.

Este lanzamiento adquiere un mayor significado en el contexto del aislamiento que enfrenta el programa espacial ruso debido a sanciones impuestas por potencias occidentales.

Además, se considera una prueba importante para el programa espacial de Moscú en su búsqueda por recuperar el estatus en la exploración espacial.

A pesar de los desafíos y las dificultades financieras que ha enfrentado el programa espacial ruso en los últimos años, el presidente Vladimir Putin reiteró el compromiso de su país con la exploración espacial y destacó la determinación de Rusia para avanzar en el tema.

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