Simone Biles, la superestrella de la gimnasia artística, volvió a la primera línea con un salto de extrema dificultad en las clasificaciones del Mundial de Gimnasia Artística de Amberes.

Biles, de 26 años, logró un Yurchenko con doble carpado, un salto nunca antes realizado por una mujer en una competición internacional. El salto, que a partir de ahora lleva su nombre, fue recompensado con una nota de 15,266 puntos, con gran ventaja sobre sus competidoras.

En total, Biles acumula 58,565 puntos al término de los cuatro aparatos y comanda las clasificaciones después de las dos primeras subdivisiones (de un total de diez).

La estadunidense vive en Bélgica su primera gran competición internacional, dos años después de unos Juegos Olímpicos de Tokio que no fueron como ella esperaba.

Llegó entonces a Japón como gran favorita, después de lograr cuatro oros cinco años antes en Rio 2016, pero Biles se vino abajo mentalmente y se retiró de la mayoría de pruebas.

Explicó entonces que luchaba contra los “twisties”, pérdidas temporales y brutales de las referencias en el aire, algo que expone a un deportista a un gran riesgo de lesión en el aterrizaje en el suelo.

Terminó esos Juegos de Tokio con una medalla de plata en el concurso general por equipos y con un bronce en la viga de equilibrio, pero su gran aportación al deporte en esa cita fue poner sobre la mesa la cuestión de la salud mental de los deportistas.

Con su regreso a la primera línea, Biles demuestra que sigue siendo una de las mejores gimnastas de todos los tiempos. Su salto histórico en Amberes es un nuevo hito en su carrera y un ejemplo de su ambición y su capacidad de superación.

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