El Día Mundial del Sida, celebrado cada 1 de diciembre, es una jornada destinada a sensibilizar y concientizar a la sociedad sobre el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) y el Sida (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida).

Esta fecha busca recordar a las personas que la epidemia del VIH no ha terminado y destacar la importancia de la prevención, la prueba y el acceso al tratamiento.

Origen y significado del Día Mundial del Sida

El Día Mundial del Sida fue establecido en 1988 por la Asamblea Mundial de la Salud con el objetivo de unir a las personas de todo el mundo en la lucha contra el VIH y mostrar solidaridad con aquellos que viven con el virus.

Desde entonces, se ha convertido en una plataforma global para aumentar la conciencia, luchar contra el estigma y movilizar el apoyo para prevenir nuevas infecciones y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.

Descubrimiento del VIH y Sida

El VIH fue identificado por primera vez en 1983 por los científicos franceses Françoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier.

Posteriormente, en 1984, el Instituto Pasteur de París anunció el descubrimiento del virus como la causa del Sida. Este hallazgo fue fundamental para entender la enfermedad y desarrollar estrategias de prevención y tratamiento.

Prevalencia del VIH/Sida

Según el último informe de ONUSIDA, aproximadamente 38 millones de personas en todo el mundo viven con el VIH, y se estima que desde el inicio de la epidemia, más de 32 millones de personas han muerto a causa del Sida.

En México, se estima que alrededor de 230,000 personas viven con el VIH, según datos del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el Sida (CENSIDA).

Síntomas y atención

El VIH afecta el sistema inmunológico, debilitándolo y volviendo al cuerpo más susceptible a infecciones y enfermedades.

Los síntomas iniciales pueden incluir fiebre, fatiga, dolores musculares y de cabeza. A medida que la infección progresa y se convierte en Sida, pueden aparecer infecciones oportunistas y otros problemas de salud graves.

Es crucial destacar que el VIH puede no presentar síntomas durante años, por lo que la prueba de detección es esencial, especialmente si se han tenido prácticas de riesgo. El tratamiento temprano puede marcar la diferencia en la calidad de vida de una persona con VIH.

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