La empresa China Railway Construction Corporation (CRCC), encargada de la rehabilitación de la Línea 1 del Metro en la Ciudad de México, enfrenta serias acusaciones de corrupción.

Según denuncias, la firma ha utilizado fianzas apócrifas en sus tratos con empresas mexicanas subcontratadas para realizar obras de mantenimiento y modernización.

La situación se agrava con la participación de ciertos intermediarios y directivos de CRCC. Entre ellos, el broker Mateo Torres y el director de fianzas, Sergio Betancourt, quienes, de acuerdo con documentos internos de la empresa, implementan estas prácticas con el conocimiento de Kevin Xian Lee, director para América Latina.

Empresarios mexicanos afectados por este sistema han denunciado los hechos ante los directivos de CRCC en China.

A pesar de las promesas de tomar medidas correctivas, las prácticas corruptas continúan, lo que ha generado retrasos significativos en los pagos a proveedores mexicanos y, por ende, en los avances de las obras de rehabilitación.

El jefe de Gobierno de la CDMX, Martí Batres Guadarrama, puso al mes de septiembre de 2024 como fecha límite para la finalización del proyecto.

No obstante, informes indican que el progreso actual ronda solo el 30% debido a estos retrasos, a pesar de que el pago por parte de las autoridades gubernamentales se ha realizado en tiempo y forma.

Este caso de corrupción no solo pone en riesgo la entrega a tiempo de la rehabilitación de la Línea 1, sino que también cuestiona la integridad y eficiencia de los procesos llevados a cabo por CRCC en México, afectando a empresarios mexicanos y a miles de trabajadores.

CRCC deja malas obras en América Latina

La serie de retrasos en importantes proyectos de infraestructura en América Latina a cargo de empresas chinas ha comenzado a levantar preocupaciones significativas sobre la eficiencia y fiabilidad de estos grandes consorcios.

Un ejemplo claro se puede observar en Chile, donde la construcción de la primera etapa de la Línea 7 del Metro de Santiago, gestionada por la empresa China Railway 16th Bureau Group, está experimentando contratiempos notables.

Originalmente planeada para conectar Renca con Vitacura y ser finalizada en 2026, la obra ha tenido que ser reprogramada para concluir en 2028.

Este cambio representa un retraso considerable que pone en duda la capacidad de gestión de tiempo y recursos del conglomerado chino, poniendo sombras sobre el futuro de los 6.6 kilómetros que deben construir en la capital chilena.

Los problemas no se limitan solo a Chile. En Colombia, la situación con la primera línea del Metro de Bogotá, a cargo del consorcio China Harbour Engineering Corp, ligada a CRCC, refleja igualmente una gestión deficitaria.

A los retrasos iniciales en el diseño del proyecto, se ha sumado un incumplimiento crítico relacionado con el cierre financiero del mismo. El contrato de concesión 163, firmado en 2019, establece claramente la necesidad de demostrar la capacidad para aportar 1.95 billones de pesos colombianos (aproximadamente 418 millones de dólares) en deuda para la ejecución de la obra, un requisito que hasta ahora no ha sido cumplido por el consorcio chino.

Estos retrasos son indicativos de un problema mayor relacionado con la planificación y ejecución de proyectos de gran envergadura por parte de CRCC en América Latina.

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