Con todo respeto

Hace 2 semanas, Marcelo Ebrard, Secretario de Relaciones Exteriores, con orgullo expresó ante el presidente “misión cumplida”: las vacunas contra el coronavirus empezarían a llegar.

El hecho se dio en la conferencia mañanera, luego de que presentaran el plan de vacunación para inmunizar a la población contra el virus SARS-Cov2.

Había informado que este mes Pfizer enviaría 250 mil dosis que servirían para aplicarlas a 125 mil integrantes del personal médico que atiende enfermos covid.

Recordemos que son necesarias dos dosis con diferencia de 20 días para lograr el efecto.

Este martes, de último momento, también desde Palacio Nacional, Ebrard anunció que había salido el primer lote de vacunas desde Bélgica con destino a México.

La expectativa que generó convocó a la prensa nacional y extranjera en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Era un acontecimiento histórico.

Al pie del avión, hubo una ceremonia con la presencia de cinco secretarios de estado relacionados con el asunto: Salud, Hacienda, Sedena, Marina y el propio canciller.

De nuevo, las expresiones de triunfo: “Hoy es el principio del fin de la pandemia, celebró Ebrard.

Terminó el evento y quedó un dato pendiente: ¿cuántas dosis llegaron?

De forma natural, los reporteros trataron de abordar a los funcionarios para pedir la información. Nadie respondió. De manera extraoficial comenzó a circular que sólo fueron 3 mil.

Eso es menos del 2% de lo ofrecido para antes de que acabe el año.

Con todo respeto, eso explica ahora que el martes dijeran que la cantidad del lote que estaba por arribar serviría para “calibrar” sus procesos.

Sabían que Pfizer no cumpliría de la manera anunciada inicialmente. No pudo ser casual que Ebrard hablara de la presión mundial para conseguir la vacuna.

Lo más lamentable es que generen esperanza y luego actúan con opacidad. A este paso la vacunación tomará más del año y medio planeado.

Agencia Reforma

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