El amor por la cocina es el guía de las manos de doña Vero, quien se ha distinguido por sus guisados envueltos en corazones rojos: los tacorazones.

En la Colonia Roma, doña Vero prepara a sus comensales varios platillos mexicanos, pero su distintivo más evidente es el tacorazón, una tortilla con forma de corazón y cuyo color rojizo viene del betabel.

Desde chapulines y avestruces, hasta la tradicional tinga, las manos de doña Vero no tiemblan frente al comal, ni al crear sus platillos de autor combinando sabores que encantan a solteros y enamorados, en un rincón donde se han escrito algunas de las mejores historias de amor que hasta terminan en boda.

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Doña Vero en plena acción preparando un tacos de corazón, los tacorazones

“Aquí te damos un taco de corazón”, dice doña Vero, con una sonrisa que se nota en sus ojos pese al cubrebocas, porque se siguen todas las medidas sanitarias en su establecimiento, en el 313 del Eje 2 Poniente Monterrey, esquina con la calle Tepic.

“No sólo las bodas, aquí se han llegado hasta a enamorar, tenemos unos clientes que ahorita tienen una bebé, aquí se conocieron, aquí se hizo la cena de pedida de mano, aquí vivimos el embarazo de la pareja y ahora vemos a la bebé”, afirma contenta.

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Local de Doña Vero en la Roma donde puedes encontrar los famosos tacorazones

Fue en 2005 cuando la mujer se aventuró a poner su propio negocio en la Magdalena Contreras y en 2013 migró a la Roma, donde despegó.

Doña Vero buscado llevar sus platillos a otros rincones, con pequeñas ferias y luego en concursos, en los que ha ganado premios, pero sobre todo el reconocimiento de los capitalinos.

“El color rojo se lo ponemos con betabel, la idea se me ocurrió a mí. Un 14 de febrero, dije: ‘¿por qué no hacer tacos de corazón?'”, cuenta Doña Vero, mientras pone las tortillas rojas al comal. Al lado, una maquina con un molde le ayuda a sacar la masa aplanada y en forma, pero el resto del proceso lo hace con sus manos.

“Me gusta mucha lo cocina, y aquí caben todos, una vez se casaron dos mujeres, tenemos opciones veganas para que no se queden sólo comiendo frijolitos mirando al otro”, dice mientras desmenuza quesillo, con una habilidad que le han conferido 15 años de experiencia.

Y no sólo los enamorados, también los solteros son bienvenidos al restaurante de doña Vero, donde la calidez de los trabajadores y la sazón de la mujer dejarán satisfecho a cualquier paladar en un lugar donde todos los días se celebra al Amor y la Amistad.

Agencia Reforma

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