El narcotraficante Ovidio Guzmán, fue acusado en la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York por recibir más de 10 millones de dólares anuales provenientes de la venta de fentanilo en los Estados Unidos, según información publicada por el periódico Reforma.

La acusación señala que “El Ratón”, miembro del Cártel de Sinaloa, utilizaba diversas vías, incluyendo el transporte aéreo y marítimo, para importar y distribuir esta droga altamente peligrosa.

Ovidio Guzmán es trasladado a la CDMX

¿De qué cargos acusan a Ovidio Guzmán?

La acusación presentada contra Guzmán López incluye varios cargos, entre ellos:

  • Participación en una empresa criminal continua.
  • Cinco modalidades de asociación delictuosa o conspiración relacionadas con la importación y distribución de fentanilo, posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos, lavado de dinero, y posesión de ametralladoras.
  • Los hechos que se le imputan se extienden desde 2014 hasta 2022.

Operación con empresaria guatemalteca

En el marco de esta operación criminal, también está involucrada Ana Gabriela Rubio Zea, conocida como “La Gaby”, una empresaria guatemalteca que supuestamente utilizó su compañía I-Eco como fachada para desviar precursores químicos de fentanilo al Cártel de Sinaloa.

Se alega que Rubio Zea vendía precursores químicos a los hijos de “El Chapo” Guzmán desde 2014.

Proceso legal

Ovidio Guzmán se declaró no culpable de los cargos en su contra durante su primera comparecencia en una Corte de Chicago.

Su proceso legal en los Estados Unidos está en curso, y fue extraditado en septiembre después de enfrentar una amplia acusación en su contra y la de sus hermanos, conocidos como “Los Chapitos”.

Daños en aeronaves durante la captura

La captura de Ovidio Guzmán López en enero pasado en Sinaloa involucró un enfrentamiento con fuerzas de seguridad mexicanas que resultó en daños a aeronaves pertenecientes a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Nueve aeronaves sufrieron daños valuados en 22.7 millones de dólares durante este operativo, que representó uno de los mayores enfrentamientos de la Fuerza Aérea Mexicana contra el crimen organizado.

Los daños incluyen aeronaves como un avión de vigilancia Casa 295-M con un motor en llamas valorado en 18 millones de dólares, un helicóptero Sikorsky UH-60 valuado en 24.3 millones de dólares con daños por 3.5 millones de dólares, y otros helicópteros UH-60 con daños por 740 mil dólares en total.

Además, dos aviones Boeing 737-800 de la Sedena y un Beechcraft T-6C para entrenamiento también sufrieron daños.

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