La Organización Meteorológica Mundial (OMM) emitió un informe que anticipa que el actual fenómeno climático de El Niño, que suele asociarse con un aumento de las temperaturas, se mantendrá al menos hasta abril de 2024.
Lo anterior significa que el próximo año será aún más cálido que 2023, que ya está en camino de batir récords de calor.
El fenómeno de El Niño, que comenzó a mediados de 2023 y generalmente dura entre nueve y doce meses, contribuirá a un aumento adicional de las temperaturas tanto en la superficie terrestre como en los océanos, según la OMM.
El Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, advirtió que, como resultado de las temperaturas récord en la superficie y los océanos desde junio, 2023 se encamina a ser el año más cálido registrado.
Taalas enfatizó que esto se debe a la influencia de El Niño y al calentamiento global causado por las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad humana.
Se esperan fenómenos climáticos extremos como olas de calor, sequías, incendios, lluvias torrenciales e inundaciones en diversas regiones, lo que requerirá la implementación de sistemas de alerta temprana ante desastres climáticos. La OMM insta a continuar con la universalización de estos sistemas.
El informe de la OMM señala que El Niño se desarrolló rápidamente en 2023, alcanzó una fuerza moderada en septiembre y se espera que alcance su punto máximo entre noviembre y enero, persistiendo durante el invierno boreal. Luego, disminuirá en potencia durante la primavera en el hemisferio norte.
El impacto de El Niño se reflejará en un aumento de las temperaturas en gran parte de la superficie terrestre, con un mayor énfasis al sur del paralelo 40 norte. Además, se espera un aumento de las temperaturas en el Polo Norte y en gran parte del hemisferio sur.
Las precipitaciones variarán según la región, con lluvias superiores a la media en algunas zonas y precipitaciones inferiores a la media en otras, lo que tendrá consecuencias significativas en la agricultura, el agua y el medio ambiente en todo el mundo.
¿Qué es el fenómeno de El Niño?
El fenómeno de El Niño es un evento climático que ocurre periódicamente en la región del Pacífico tropical.
Se caracteriza por el calentamiento anómalo de las aguas superficiales del Océano Pacífico ecuatorial central y oriental.
Este fenómeno es parte de un ciclo climático natural llamado El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) y está relacionado con cambios significativos en los patrones climáticos y meteorológicos en todo el mundo.
Las características principales del fenómeno de El Niño incluyen:
- Aumento de la temperatura del agua del océano: Durante un episodio de El Niño, las aguas cálidas del océano Pacífico ecuatorial se expanden hacia el este y el centro del océano, lo que resulta en un aumento significativo de la temperatura superficial del agua.
- Impacto en el clima: El Niño tiene efectos profundos en el clima global. Puede causar sequías en algunas regiones y lluvias intensas en otras. Además, puede estar relacionado con un aumento en la frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos, como olas de calor, inundaciones y tormentas.
- Impacto en la vida marina: El aumento de la temperatura del agua durante un episodio de El Niño puede afectar la vida marina, incluyendo la alteración de las poblaciones de peces y la muerte de corales en los arrecifes.
- Conexión con el Niño y La Niña: El Niño es parte de un ciclo climático más amplio que también incluye un fenómeno llamado La Niña. Mientras que El Niño se caracteriza por el calentamiento del Pacífico ecuatorial, La Niña se caracteriza por un enfriamiento de las aguas en esa misma región. La Niña puede tener efectos climáticos opuestos a los de El Niño.
- Influencia en la agricultura y la economía: Los efectos de El Niño en los patrones climáticos pueden tener un impacto significativo en la agricultura, la seguridad alimentaria y la economía de muchas regiones del mundo. Puede causar sequías en áreas agrícolas clave, lo que lleva a la pérdida de cultivos y la escasez de alimentos.
El fenómeno de El Niño tiene un alcance global y puede afectar tanto el clima como la vida marina, la agricultura y la economía.
Su aparición y duración son difíciles de predecir con precisión, pero los científicos y las agencias meteorológicas monitorean de cerca su desarrollo y sus impactos para ayudar a las comunidades a prepararse y mitigar sus efectos.
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