El gobierno de Haití anunció la prolongación del estado de emergencia en la capital, Puerto Príncipe, por un mes, en respuesta a la escalada de violencia criminal en el país caribeño.
La medida, que afecta al departamento del Oeste y conlleva un toque de queda nocturno de 18:00 a 05:00 horas, busca hacer frente a la creciente actividad de bandas criminales armadas que desafían la autoridad del primer ministro Ariel Henry.
El estado de emergencia, decretado el fin de semana pasado junto con un toque de queda nocturno que expiró el miércoles, se ha mantenido debido a la persistente amenaza que representan las pandillas.
Estas organizaciones delictivas han tomado el control de extensas áreas de Puerto Príncipe y otras partes del país, desafiando las autoridades y exigiendo la dimisión del primer ministro.
El miércoles por la noche, pandillas incendiaron un nuevo cuartel de policía en Bas-Peu-de-Chose, un barrio de Puerto Príncipe.
Según Lionel Lazarre, coordinador general del sindicato de policías haitianos Synapoha, el ataque estaba planeado desde el pasado fin de semana. Los agentes lograron evacuar el edificio antes del asalto, pero las pandillas también incendiaron un vehículo policial y varias motocicletas.
La situación ha despertado preocupación a nivel internacional, con el Consejo de Seguridad de la ONU expresando su inquietud por la situación “crítica” en Haití. Mientras tanto, líderes pandilleros como Jimmy Chérizier han amenazado con una guerra civil si el primer ministro no dimite.
Ariel Henry, en el poder desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, enfrenta una presión creciente para renunciar.
Aunque ha intentado retomar el control de la situación, enfrenta obstáculos para regresar al país debido a la inseguridad en el aeropuerto de la capital.
En medio de la violencia y la incertidumbre política, miles de personas han huido de las zonas más afectadas de Puerto Príncipe, buscando seguridad y refugio en diversos países, incluido México.
Mientras tanto, la ONU ha comenzado a distribuir alimentos y productos básicos para ayudar a los afectados por la crisis.
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